La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833): Liberalismo frente a Absolutismo

El liberalismo es una doctrina política, económica y social que defiende la libertad individual y limita la intervención del Estado y de los poderes políticos en la vida social, económica y cultural. Tiene su origen en principios de La Ilustración, en ideas de la revolución inglesa, norteamericana y francesa (finales del siglo XVIII) y en el pensamiento de Adam Smith. Su objetivo es la eliminación del antiguo régimen y establecimiento de una sociedad liberal tanto en lo político (rechazo absolutismo, aprobación monarquía constitucional, eliminación privilegios y régimen señorial, proclamación derechos individuales, división de poderes y sufragio universal masculino, soberano nacional, estado unitario y centralizado) como en lo económico (propiedad privada, libertad de comercio e industria, fiscalidad común).

Adam Smith

Carlos IV (1788-1808) y su ministro Floridablanca intentaron evitar que la Revolución francesa repercutiera en España. Carlos IV nombró ministro a Godoy en 1792, culpable de la Independencia de la política francesa y la derrota naval en Trafalgar en 1805. A pesar de las desventajas de la alianza con Francia, Godoy firmó con Napoleón un tratado que permitió la entrada de las tropas francesas a España para invadir Portugal, recibiendo grandes críticas que desembocaron en el surgimiento de un grupo de oposición; ya que era evidente la ocupación francesa de nuestro país.

Tras la invasión de España por las tropas de Napoleón, estalla el Motín de Aranjuez, por el cual Carlos IV abdica en su hijo Fernando VII. Pero por las abdicaciones de Bayona, a estos se les obliga a abdicar en José Bonaparte (hermano de Napoleón) con lo que se

produce una insurrección en Madrid que inicia la Guerra de la Independencia (1808-1814). Debido al vacío de poder y al rechazo del rey francés, se forman las Juntas Provinciales que asumen la soberanía y están presididas por la Junta Central Suprema. La táctica usada será la “guerra de guerrillas” contra los franceses, distinguiendo dos bandos (ejército francés apoyado por los afrancesados y la guerrilla española apoyada por los ingleses). La guerra termina con la derrota de los franceses por el general ingles Wellington y la firma del tratado de Valençay (1813) que devuelve la corona a Fernando VII. La Junta Central convoca la reunión de las Cortes en Cádiz en 1810. Distinguiremos entre dos grupos: liberales (principios Revolución francesa) y absolutistas (mantener Antiguo Régimen). Las Cortes llevaran a cabo una serie de reformas como la libertad de imprenta, abolición régimen señorial, supresión de La Inquisición, abolición de gremios, libertad económica y tímida desamortización de algunos bienes de la Iglesia. Además, estas cortes aprueban la Constitución de 1812 (La Pepa), siendo la primera constitución liberal de España y cuyos rasgos principales son: soberanía nacional, división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), derecho de representación en Cortes, sufragio universal masculino indirecto, igualdad ante la ley , omisión de fueros, derechos individuales y catolicismo como religión oficial en España.

Guerra de Independencia

Con la vuelta de Fernando VII al poder se abole la Constitución de 1812 (La Pepa) y las cortes de Cádiz y se restablece el absolutismo. En el reinado de Fernando VII distinguiremos tres periodos. El primero, el Sexenio Absolutista (1814-1820), en el cual España tiene un papel secundario a nivel internacional, se mantienen los privilegios estamentales, se producirá la represión contra los afrancesados y liberales, surgirán sociedades secretas de ideología liberal como la masonería y los pronunciamientos de esta etapa serán reprimidos. La segunda etapa es el Trienio Liberal (1820-1823), que comenzara con un pronunciamiento del teniente Riego que proclama la Constitución de 1812 y obligara a Fernando VII a jurarla. En esta etapa se produce una fractura política con dos partidos: los “doceañistas” o moderados (más poder el monarca) y los “veinteañistas” o progresistas (aplicación de la constitución). Se dará una política anticlerical y es una etapa de inestabilidad política, que termina cuando las grandes potencias absolutistas de la Santa Alianza intervienen en España con los “Cien mil hijos de San Luis” (ejército francés que pone fin a este periodo liberal e instaura como monarca absolutista a Fernando VII). Se iniciará así, la Década Absolutista u Ominosa(1823-1833), en la que se vuelve al absolutismo y comienza la represión contra los liberales (Riego es ahorcado). Se dará la depuración de la administración y la reforma de Hacienda (equilibrio presupuestario).

Durante el reinado de Fernando VII tuvo lugar la emancipación de las colonias americanas debido al descontento de los criollos que querían ocupar cargos políticos, o las limitaciones al libre comercio y desarrollo económico de las colonias, la influencia de ideas ilustradas y al ejemplo de independencia de EEUU y a la crisis política producida por la invasión napoleónica. Diferenciaremos dos etapas: la primera (1808-1814), en la cual las colonias son independientes de la España napoleónica y mantienen lazos con autoridades de Cádiz; y la segunda etapa (1814-1824), donde se dan pronunciamientos independentistas entre los criollos apoyados por Inglaterra y liberados por Bolivar (que derrotará a España y buscará la unidad de todas las colonias hispanoamericanas, lo cual no conseguirá). Al morir Fernando VII, el cual había aprobado la abolición de la Ley Sálica (mujeres no podían reinar) porque su única descendencia era mujer, se produce un  conflicto sucesorio entre su hija Isabel y su hermano Carlos que no aceptó los derechos de su sobrina al trono. El carlismo es un movimiento que apoyará a Carlos y que tuvo influencia en Navarra, País Vaco, norte del Ebro y en el Maestrazgo. Su ideología política se resume en la defensa de la monarquía absoluta, oposición a reformas liberales, defensa del catolicismo y de la Iglesia y defensa de los fueros vasco-navarros. El carlisimo dará lugar a una Guerra Civil entre los carlistas y el bando isabelino.

Fernando VII