Repoblación Cristiana

Pedro III el Grande en el collado de las Panizas

Definimos como repoblación al proceso de ocupación, reparto de tierras y organización de la explotación de las mismas que tuvo lugar en las regiones arrebatadas a los musulmanes tras la conquista a lo largo de la Edad Media en la Península Ibérica. Se trata de un concepto ligado a la expansión territorial de los reinos cristianos, que presentará rasgos diferentes en el tiempo y el espacio.


Durante los primeros siglos de la denominada “Reconquista” (Siglos VIII-XI), la repoblación se caracterizó por el sistema de presura en el Reino Asturleonés y Castilla y su equivalente en Aragón y Cataluña, el aprisco. Se trató de un sistema espontáneo basado en la concesión de lotes de tierras a campesinos libres en zonas de frontera inseguras como el Valle del Duero y los Pirineos.


 Con el avance cristiano en los siglos XI y XII, las autoridades ponen en marcha el sistema de repoblación concejil o de frontera, basado en creación de comunidades de villa y tierra formadas por municipios dotados de privilegios recogidos en sus fueros o cartas pueblas y sus territorios colindantes (alfoz). De esta manera se repoblarán zonas como el Sistema Central, el Valle del Tajo, el Valle del Ebro y las Extremaduras aragonesas.


 A partir del siglo XIII, y ante la nueva situación de tener que repoblar grandes extensiones con mucha presencia musulmana, se pondrá en marcha un sistema de repartimientos que supondrá la concentración de grandes propiedades en manos de la nobleza y las órdenes militares en zonas como los Valles del Guadiana y Guadalquivir, Murcia, Valencia y Baleares.